Actualizado el domingo, 5 junio, 2016
Si hay un sentimiento general que comparto con todos mis compañeros de blogtrip, es que viajar a La Palma nos ha tocado el corazón llenándolo de experiencias que han hecho que nos enamoremos de la Isla Bonita. Hoy quiero compartir contigo las 7 experiencias que lograron que yo me enamorara de La Palma.
“Llena tu mochila de experiencias, pesan poco y te dan la vida”
1. Contemplar el Teide desde las nubes
Me gusta viajar en avión. No le tengo miedo aunque si respeto. Disfruto mirando por la ventanilla intentando adivinar qué es lo que estoy divisando. He sobrevolado los Pirineos, observado el estuario de Urdaibai e identificado La Sagrada Familia de Barcelona desde las nubes entre otras cosas, pero sin duda, una de las mejores experiencias que he tenido en mi viaje a La Palma es poder contemplar el Teide.
Recuerdo que las azafatas de Canary Fly nos indicaron el mejor lado del avión para poder verlo y sacarle fotos, videos… ya sabéis como somos los bloggers. La verdad es que me quedé embobada mirándolo. Su cumbre nevada, el mar de nubes a su alrededor… Mi mente se teletransportó 7 años atrás cuando visité Tenerife y recorrí el Teide entre Tajinastes en flor. Seguro que los Canarios están muy acostumbrados a verlo, pero para el que viene desde la Península o desde cualquier otro lugar del mundo, contemplarlo a vista de pájaro se convierte en una experiencia inolvidable.
Si quieres volar a la Isla Bonita te diré que Vueling opera con vuelo directo desde Bilbao (martes) y desde Barcelona (miércoles y sábado). Iberia Express tiene vuelos directos desde Madrid todos los días de la semana excepto los miércoles. Si no vives en ninguna de estas ciudades y tampoco te pillan muy a mano sus aeropuertos, si el aeropuerto más cercano tiene conexión con Tenerife Norte puedes hacer escala y volar con Canary Fly cualquier día de la semana.
2. Saborear productos ecológicos
He de confesarte que nunca he sido fan de los productos ecológicos, es más, antes de visitar La Palma era bastante reácea a ellos. Es pisar la Isla Bonita y el ambiente ecofriendly se apodera de ti. Visitar el huerto ecológico de Martina y recoger las hortalizas que posteriormente degustamos en el restaurante El Duende Fuego fue una experiencia que me marcó. La zanahoria sabía a zanahoria, el producto era fresco, sabores intensos, comida saludable y exquisita… Sin palabras. Si eres de los que piensa que eso de comer eco es una tontería tienes que visitar La Palma y probar sus productos locales. Cambiarás totalmente de idea y comprobarás por ti mismo que se puede comer rico y saludable.
Durante los cinco días que estuve en La Palma sentí una mejora en mi alimentación y el volver a casa al típico plato de pasta con tomate o pizza de supermercado fue un auténtico mazazo. Memos mal que La Molina y el Agromercado de Breña Alta nos obsequiaron con un lote de productos palmeros para que la vuelta a la realidad no fuera tan dura.
3. Dormir escuchando las olas del mar
Las playas de arena negra que hay en La Palma enamoran. Cuando aterricé en la isla para nada me imaginaba que desde la habitación del hotel iba a poder contemplar una playa de arena negra rodeada de palmeras. Lo mejor estaba por llegar. Llegué al hotel después de un día intenso de emociones y caí redonda en la cama. Mi cabeza empezó a darle vueltas a todo lo que había vivido el primer día de aventura con mis compañeros; un cúmulo de emociones brutal. Cuando parecía que el aluvión de emoción y pensamientos iba disminuyendo, me di cuenta del murmullo del mar contra las rocas. No hay nada mejor que cerrar los ojos, relajarse escuchando las olas del mar y despertarte viendo como el sol se asoma tímidamente por el horizonte. Tengo que decir que los atardeceres no tienen nada que envidiarle a los amaneceres. Depende del punto de la isla en el que te encuentres tendrás que madrugar o no. El atardecer que vi en las Salinas de Fuencaliente no lo voy a olvidar nunca.
4. Caminar por sus senderos
Me apasiona el senderismo. Reconozco que no tengo fondo físico y que acabo agotada cada vez que Alex y yo salimos de ruta, pero es el precio que tengo que pagar para poder visitar lugares en los que la naturaleza se apodera del paisaje. Menos mal que Javi Galdón, Cristian y Javi Tejera (las mejores personas que hemos podido conocer para enseñarnos la isla) tenían preparada para nosotros una ruta light llena de encanto.
Visitamos el Bosque de Los Tilos. No exagero cuando digo que se me cayeron las lagrimas al adentrarme en aquel lugar. El verde intenso de los helechos, el sonido de las aves y la humedad del lugar te envuelven en una atmósfera mágica de la que no quieres salir. Por favor, si visitas La Palma adéntrate en el Bosque de Los Tilos y siente la naturaleza y la tranquilidad de una isla tan heterogénea.
5. Observar las estrellas
La Palma es uno de los mejores lugares del mundo para observar el cielo. Es considerado destino starlight y cuenta con uno de los observatorios más grandes del mundo “El Observatorio Astrofísico del Roque de Los Muchachos”. No te voy a engañar, el tiempo no nos acompañó y no pudimos disfrutar del increíble cielo estrellado que había podido ver en fotos, pero alzando la vista pude sentir esa magia que transmiten las estrellas. Sin duda esta es una de las principales razones por las que quiero volver a La Palma.
6. Visitar sus mercados
Si nos sigues sabrás que a Alex y a mi nos gusta un mercado más que a un tonto un caramelo. En mi viaje a La Palma visité el Agromercado de Breña Alta. En él encontrarás alimentos de temporada frescos y sanos y puestos de artesanía en los que podrás comprar un recuerdo único de la Isla Bonita. Además, los artesanos de la Asociación Arteba estarán encantados de enseñarte el proceso de elaboración de sus creaciones. Mantuve una interesante charla con Victor, un artesano que me explicó cómo había tallado y diseñado un Lauburu. Me hizo especial ilusión su explicación, ya que soy Vasca y lo cierto es que no es nada sencillo el trabajo que desempeña.
7. Conocer a su gente
Poco queda de aquella chica tímida a la que le daba apuro preguntar y entablar una conversación cuando viaja. Viajar nos hace crecer y darnos cuenta de que la vergüenza es absurda y que quien mejor te pude enseñar un lugar es la gente que vive en él. En La Palma he conocido a personas maravillosas que me han mostrado que desempeñan su trabajo con ilusión y dedicación. Todos ellos se han ganado un hueco en mi corazón, pero no puedo negar que Doña Quiteria, una señora que elabora desde niña los mejores dulces de toda la isla, fue una de las personas más especiales con las que tuve la oportunidad de compartir mi tiempo. Tradición y buen humor es su secreto. Disfruté muchísimo escuchándola y elaborando los dulces bajo su supervisión.
Si te has quedado con ganas de saber un poquito más sobre la Isla Bonita, te invito a que descubras su gastronomía mediante mi relato 24h saborenado La Palma. ¿Y tu? ¿Ya has visitado la isla? Si es así comparte con nosotros la experiencia que logró que te enamoraras de La Palma.
Esta experiencia ha sido posible gracias a:
Patronato de Turismo de La Palma
Cada una de las personas implicadas en el proyecto #LaPalmaconSabor.
2 Comentarios
Me ha gustado mucho tu redacción sobre la Isla de La Palma.La verdad es que te quedas con unas ganas de visitar la Isla…..que no veas!.Habrá que ir algún día para ver sus parajes y degustar esos productos ecológicos de los que nos hablas,al mismo tiempo que visitar algún mercado de los que hay por allí y poder charlar con algún lugareño.
¡Hola Carlos!
La Palma tiene mucho encanto y es especial. Su gastronomía es deliciosa y charlar con los palmeros es lo mejor que puedes hacer.
Gracias por tu comentario.