Actualizado el lunes, 13 febrero, 2017
Primer encuentro con Londres, una cita que pensé que nunca llegaría… y que ha tardado tanto en llegar. Entre sus calles impregnadas por el olor a café, voy descubriendo que esta ciudad no era lo que mi mente imaginaba…
La gente que vive aquí nada tiene que ver con el estereotipo de inglés que viene a divertirse a la Costa del Sol… A mi paso, coincido con una decena de españoles que intentan labrarse un futuro mejor en esta gran ciudad. La mayoría no saben casi ni decir ‘Hello’ y pretenden encontrar un trabajo de cara al público. Mi inglés se sostiene entre arenas movedizas, ¡pero qué menos que manejar términos básicos!
Es imposible marcharse indiferente de esta ciudad. Londres es una ciudad cosmopolita, colorista… no puedo decir que no se haya ganado un huequecito en mi corazón. Me quedo con sus monumentos iluminados al atardecer, sus museos, las ardillas del Hyde Park, las grandes caminatas para descubrir cada rincón, el maravilloso barrio de Camden y mi primera experiencia en un hostel londinense. Toca despedirme de Londres y proseguir el viaje hacia Brujas.