Actualizado el domingo, 5 junio, 2016
Bruselas, capital europea, ¡espérame que vamos! Y allá que nos plantamos, aunque solo fuera de forma fugaz, un par de noches. La idea preconcebida con la que vas a Bruselas es bien diferente, en la mayoría de los casos, de lo que te vas a encontrar en realidad. No te pienses tampoco que es una mierda, pero tampoco es… tanto como para ser la capital de la zona euro. Una cosa buena, hay tiendas de piel y cosas así muy bien de precio.
En Bruselas te vas a topar con gente de todo tipo y, exceptuando el reciente tema de atentados, cada uno va a su bola y mientras no molestes, nadie se mete contigo. Por según que callejones del centro, parece un poco inseguro, pero tengo que decir que a nosotros no nos pasó nada ni tuvimos temor por nuestra vida. La presencia militar por las calles y zonas centrales no sé si era alentadora o más bien daba la impresión de que en cualquier momento podía pasar algo. Es una ciudad enorme, aunque no puedo decir lo mismo de uno de sus monumentos estrella, el Manneken Pis.
Este niño meando, está en la calle Rue de l’Etuve esquina con Rue du Chêne cerca de la Grand Place y hay cartelitos para ubicarlo en cada esquina. No te puedes ir sin verlo, dicen. Nosotros pasamos por delante de él varias veces el primer día y ni nos enteramos hasta por la noche. Mide poco más de medio metro de altura y lo cambian de ropita asiduamente. Tiene hasta un museo con todos sus trajes y “suplentes” por si alguien lo roba, que no sería la primera vez. El hecho de no verlo, yo creo que se debe a que está en una calle que todas las tiendas son de souvenirs y Waffles (gofres).
Los hay de todos los tipos, con toppings de fruta, nata, chocolate y lo que se te venga a la mente. Por poco más de 1€ te metes uno entre pecho y espalda que ya me dirás. Me puse ciego. Sí, me gusta probarlo todo y en cantidad, no sea que se me escape algún sabor.
Por esos entresijos de calles del centro, te vas a topar con una plaza muy grande, la Grand Place. Tuvimos la suerte de ver espectáculos nocturnos en los que te ponen música y tintan los edificios de colores con proyectores. Muy bonito, no sé si lo pillamos porque era Navidad o lo van haciendo en otras fechas también.
El Atomium, esa escultura metálica con forma de molécula, es enorme y está a tomar por culo del centro. No te queda otra que coger el metro. Ves con cuidado en el metro, debe tener más años que la barca de Chanquete. Pasmado me quedé cuando, llegando a una estación la gente abría las puertas del vagón sin que todavía se hubiera parado. Te fijas y ves que tienen costumbre de hacerlo, vaya seguridad. Encima, la limpieza no es su mejor fuerte, huele a lo que huele. A lo que iba, en el Atomiumm, poco puedes hacer. Unas fotos, comprar en la tienda museo y subir arriba con un ascensor. Pagando claro. Nosotros, dimos un par de vueltas alrededor, unas fotos y carrera hacia el metro. Y digo carrera literalmente. El transbordo dura 30 minutos, y llevábamos unos 25 haciendo el canelo alrededor de la molécula. Con tal de no pagar la burrada que valía el metro… Adjunto la foto que nos sacó una chica muy maja que se ofreció a hacerla. La intención era la mejor del mundo pero el resultado:
Supongo que tampoco querrás irte de Bruselas sin ver el Parlamento Europeo. Menudo fiasco. Pilla en la punta opuesta al Atomium, y de allí que cogimos el tren nos bajamos en la parada más cercana al Parlamento. Hay un parque enorme con un Arco de Triunfo en el centro y que dicen que es muy bonito. Quizás de día, de noche, vaya miedo. Bendita la linterna del móvil para atravesar casi 1km de parque. Ni una farolita. La crisis. Luego llegas al Parlamento y ya. Un edificio moderno sin más y con banderitas. Allí no había ni el tato. No había ni espacio para hacer una foto al pedazo de Parlamento. Imagínate, andar por ahí a más de 1 hora andando del centro , de noche, mirando el mapa, las calles casi sin luz…
Si te gusta la cerveza, tienes un sinfín de sitios dónde degustar las mejores birras belgas. Algunas se pagan bien caras, pero para los amantes de esta bebida… El mejor sitio y no porque lo diga yo, está en la Place Fontainas y se llama Moeder Lambic.
Bruselas es una ciudad muy variada en cuando a culturas y cosas que visitar. Puede parecer un poco caos al principio pero si te dejas llevar, te parecerá que andas por casa en solo unas horas. No pierdas el norte y toma como referencia la estación central o la Grand Place. ¡Suerte viajero!